Columna de Iván Cerda: Oda a los burócratas del Estado

No puede haber Modernización, ni un Estado eficiente si la presencia de los burócratas (del francés Bureau Oficina y del griego Kratos Gobierno) que sirven al gobierno es abundante, fértil y transgeneracional, y en esto hago una clara y despectiva oda al distinguido grupo de funcionarios quienes relevan minuciosamente las exigencias de papeles, extienden los trámites y son devotos seguidores de las formalidades que por lo general no tienen trascendencia alguna ni son significativas para la vida y el funcionamiento de un país.
Estos peculiares servidores muestran por lo general un trato áspero y distante hacia el público y son particularmente presuntuosos para ostentar abiertamente el limitado poder que ejercen sobre el resto y peor aun entre quienes piensan y aseguran que sus cargos son eternamente vitalicios.
La burocracia no tiene que ver con el tipo de generación ni los cohortes que la ejercen sino más bien con la capacidad de empatizar y tolerar con amplio juicio sus cometidos. Es común advertir estas hostiles prácticas hacia la ciudadanía y el mundo privado, pero donde es más notorio y frustrante es hacia el segmento comprendido entre el emprendimiento y los empleos por cuenta propia, principales responsables del crecimiento de las naciones y la mayor fuerza creadora de empleos de un país. Al parecer la función lógica y ejecutiva que le compete al gobierno y su equipo operativo de empleados públicos es poner el énfasis en la simplificación de los trámites y crear un ambiente propicio para fecundar los anhelados Tiempos Mejores.