Columna de Silvia Paillán: La lección de mahuidanche y un nuevo tratado de trapilhue

Cuando gran parte de la zona lacustre estuvo a oscuras, prístinas surgieron todas las dudas respecto a sus causas, los que veían la situación desde la tendenciosa red social – y claro sus influencers- fueron los primeros en acusar “la mano mapuche” en este apagón.

Los más cautos  culparon al puelche y sus efectos conocidos por los asiduos a la zona. Sin embargo, y pese a la experiencia aprendida recientemente, tras conocerse el detalle de que hubo comunidades en Freire que impedían el paso a una camioneta con funcionarios de la empresa eléctrica responsable del servicio, surgieron en mayúscula las voces de autoridades regionales y “lideres de opinión”  pidiendo la aplicación de la ley de seguridad interior a estos “comuneros” que impedían el restablecimiento del suministro. En una actitud claramente inexplicable y que atentaba con el sentido común, dado que ellos mismos se veían afectados con el corte de energía.

Las comunidades “en rebeldía”;400 familias de  Mahuidanche y Trapilhue (este último nombre de gran simbolismo en la historia mapuche)  de la comuna de Freire.

48 horas pasaron y tuvo que llegar una autoridad de Santiago, la subsecretaria de prevención del delito Katherine Martorell,  para que fuera a terreno y conociera las razones que tenían los vecinos para oponerse al trabajo de los técnicos. Grande fue su sorpresa al descubrir que no era “causa mapuche” “reivindicación territorial” o simple bloqueo; sino respuesta a los reclamos por la mala mantención de las líneas de suministro y que desencadenaron la caída de árboles en viviendas y daños en los aparatos eléctricos, sin contar la falta de riego a hortalizas destinadas a la venta y que son el sustento de varias familias del lugar.

Es así que en terreno y en presencia del gerente de la empresa , Martorell junto al Gobernador de Cautin, Mauricio Ojeda, (sí, el mismo que defendió el actuar “en defensa propia” de un latifundista en Lican Ray que pistola en mano expulsó a un grupo de mapuche al ser  supuestamente “atacado” , cuando sólo querían realizar una ceremonia en “su playa privada” -si le suena a lo de Lago Ranco es porque la situación en la Araucanía es habitualmente así-) tuvieron en sus manos documentos  donde desde el año 2012 se solicitaba mantención del tendido que cruza en 1,5 km a las citadas comunidades, sin que haya habido respuesta, y con las consecuencias sabidas.

¿En qué terminó la historia? Bueno, las autoridades solicitaron a la empresa  CGE reparar el daño causado a los “comuneros”,  primero con la inmediata reparación de la línea, además de responder por los daños en  artefactos como en las pérdidas provocadas por la falta de riego a las hortalizas; y lo que a mi juicio, es lo más importante,  disculpas públicas por el daño a la imagen de la comunidad.

El suministro eléctrico fue repuesto en el acto, quizás ya hay acuerdo por las pérdidas económicas, pero ¿las disculpas y el daño a la imagen, la estigmatización que usó la empresa para intentar cubrir su negligente mantención de redes? Esa, aún no llega.  Y ojo que la he buscado, e incluso lo he consultado a la unidad de comunicaciones, y al parecer son ellos los que aún no ven la luz. Y ojo que ese humo ciega más que el de los incendios.

Mi reconocimiento a la acción de la autoridad en terreno, esa que dialoga. Trapilhue nuevamente nos da lecciones, y me alegra que  al menos 2 autoridades de gobierno la hayan aprendido.