Quintana impulsa el rescate y exhibición de baúl que viajó en el primer acorazado chileno

Una historia llena de emotivas coincidencias y avatares es la que acompaña el Baúl que contiene el pabellón patrio (bandera) del acorazado Almirante Latorre que, a partir de hoy (miércoles 22 de mayo), se exhibe en forma permanente, en el hall de ingreso de la Sala de Sesiones del Senado, en Valparaíso.

En el marco de la conmemoración de las Glorias Navales, la Mesa del Senado, encabezada por el senador de La Araucanía, Jaime Quintana, impulsó la iniciativa de rescatar este cofre de madera que contiene una bandera chilena y que ha estado resguardado en las dependencias de la corporación desde hace casi 50 años.

La idea contó con el apoyo entusiasta de senadores, especialmente, de la Comisión de Defensa que preside el senador Víctor Pérez Varela, del Ministerio de Defensa y de la propia Armada que, en voz del Jefe del Estado Mayor, Vicealmirante de la Armada, Guillermo Lüttges Mathieu siente que “se pone en valor un objeto histórico muy significativo para la institución y la historia de Chile”.

“En la Armada, el emblema nacional en los buques se iza en ocasiones especiales, tales como el 21 de mayo y las Fiestas Patrias, pero también con ocasión de combate puesto que se actúa en nombre de la Patria”, señaló Lüttges

A su turno, el senador de La Araucanía y presidente del Senado, Jaime Quintana manifestó que “creo que el Almirante Latorre estaría muy orgulloso al saber que la bandera del acorazado que llevaba su nombre es instalada ahora en la sede del Senado, en la misma ciudad que el representó”, dijo el congresista y agregó que “en su honor, y en homenaje a las Glorias Navales, hacemos humildemente esta contribución a nuestra memoria histórica y al fortalecimiento de nuestras instituciones democráticas”.

¿CÓMO LLEGÓ LA BANDERA AL SENADO?

El 29 de Diciembre de 1970, en dependencias de la Presidencia del Senado, en el ex Congreso se realizó un acto solemne en el cual, el entonces Comandante en Jefe de la Armada, almirante Raúl Montero, dio cumplimiento a una solicitud que le hiciera el titular del Senado, Tomás Pablo Elorza: “obtener por intermedio de la Armada una bandera nacional que presidiera los actos de la Corporación”.

La institución buscó con suma dedicación “un emblema que encerrara en sus pliegues historia, tradición y espíritu”. Dieron entonces con el “último pabellón patrio que tuvo el acorazado Almirante Latorre”, que sirvió en la escuadra hasta 1959.