Jorge Atton, exintendente de La Araucanía: “Es el momento de integrar a los pueblos originarios al proceso constituyente”

A días de haber dejado el cago Jorge Atton ex intendente de La Araucanía concedió una entrevista La Tercera en la que señala que en la Novena Región no fue necesario aplicar estado de excepción durante el estallido social, que 26 mil personas marcharon pacíficamente una tarde en Temuco y que es la región con la mayor ejecución presupuestaria del país, entre otros ejemplos.

“El conflicto mapuche es menos conflicto de lo que se piensa, menos conflicto de lo que se cree. Evidentemente, existe una problemática que cruza al pueblo mapuche que está asociada a la discriminación histórica que han tenido y que han sentido. Es por eso que para ellos es tan importante el reconocimiento constitucional, porque con esa decisión, ellos sienten que serán reconocidos por el Estado chileno, con su cultura, su costumbre y su autonomía”, dice Atton, quien la semana pasada renunció a su cargo por “razones personales”.

La palabra “autonomía” asusta mucho a las autoridades, sean de cualquier color político.

Es que se ha entendido muy mal, porque para ellos la autonomía es dentro de sus lofts, al interior de sus comunidades; ellos saben que viven en Chile, que están integrados a nuestro país y que son chilenos. Ellos han planteado muchas veces el reconocimiento constitucional y nunca se les ha dado una respuesta coherente. Yo me convencí de que ese reconocimiento es urgente y ahora es el momento de integrarlos en el nuevo proceso constituyente, como también los escaños reservados para los pueblos originarios y para el mapuche.

Aún no hay claridad sobre las fórmulas para incorporar a los pueblos originarios.

Pero se resolverá democráticamente, porque todas las encuestas arrojan que una gran mayoría, cerca del 60%, es partidaria de escaños reservados y una representatividad garantizada a los pueblos indígenas.

También es optimista frente a la situación actual del país.

A ver. Yo soy una persona que era crítica del sistema, y lo venía diciendo. Yo siempre dije que este era un modelo de economía social de mercado que se pasó a un modelo cruel de mercado, como lo dijo un expresidente. Yo creo que se cometieron errores importantes que no nos dimos cuenta, con la excusa de que estábamos en un mundo globalizado permitimos la concentración económica. Cuando fui subsecretario de Telecomunicaciones mi trabajo fue, con la ayuda del Presidente, abrir las barreras de entrada de la competencia y hacer una industria competitiva. El error fue pensar que como Chile era un mercado chico, había que permitir la concentración para poder competir con los grandes.

Y así como se logró en la telefonía, ¿por qué cree que no se pudo abrir a otros mercados?

A mí me tocó estar en una compañía chica y supe lo que era competir contra los grandes. Llegué a la subsecretaría con esa experiencia y tuve las espaldas políticas para cambiar las cosas. A Chile le falta eso. Cuando hay mercados imperfectos tiene que haber un rol importante del Estado que regule el mercado. Y esos son los traumas que tiene la derecha, me refiero a la UDI.

¿Cuál trauma?

Que el Estado no puede ser empresario. Yo creo que el Estado tiene que tener un rol importante desde el punto de vista de la regulación. Por eso mismo, creo que hay que modificar la Constitución. Y también para descentralizar este país.

¿Votará que Sí en el plebiscito?

Sí y que la asamblea o convención constituyente sea 100% elegida.

Si tiene una visión tan clara de lo que sucede en La Araucanía y en el país, ¿por qué renunció a su cargo y dejó la política?

Cuando se me pidió (en medio de los cuestionamientos políticos al gobierno por la muerte del comunero mapuche Camilo Catrillanca) asumir la intendencia, mi respuesta fue que sí, pero solo por un año. Tenía una deuda moral con mi región y creo que la cumplí. Yo nací en Curacautín, estudié en la Escuela Consolidada de Curacautín y en el Liceo de Hombres Nº 1 de Temuco.

Al coincidir con la renuncia del subsecretario Ubilla, muchos interpretaron su salida como un repliegue de los hombres cercanos a Andrés Chadwick.

Fue una coincidencia; efectivamente, yo soy muy amigo de Chadwick y Ubilla, pero mi salida solo se debe a un tema familiar. Viene una nueva etapa donde se necesita un intendente con otras habilidades mucho más políticas; yo soy un hombre de gestión, con un perfil mucho más técnico. Mi trabajo era recuperar las confianzas en la región, especialmente con el mundo mapuche, y fue un trabajo largo que, creo, está dando sus frutos. Me quedé más de un año, porque me di cuenta de que no tenía ninguna lógica retirarme antes de que se cumpliera un año del aniversario de Catrillanca.