Nunca es tarde para pescar con mosca Mel Krieger 40 años en la Patagonia

Mel Krieger (1928-2008)

Comenzó a pescar con mosca a los 35 años de edad.   Nacido en Milwaukee, Wisconsin (EE.UU).    A los 30 años se muda a San Francisco, donde a decir del propio Krieger, están los mejores sitios de formación en pesca con mosca.   En Sudamérica, por 40 años pescó en la Patagonia (Argentina).  Enseñó en más de 30 países como, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos y Canadá.  Su preferencia eran los ríos pequeños, y el pez predilecto la trucha marrón.

Según muchos amantes de este arte, fue uno de los mejores pescadores con mosca.

De sonrinsa permanentemente al momento de transmitir sus conocimientos, decía que el fly casting (lanzamiento de moscas) era diversión y felicidad.   En cada frase de sus enseñansas, realizaba las pausas adecuadas tras cada idea, explicación o mensaje, silencios que creaban expectación y atención. “Si quieres que te escuchen, habla bajo”.

Con la caña hacía exactamente lo que sus palabras indicaban.   Un arte que casi ningún pescador  es capaz de plasmar con total precisión.   Un hombre capaz de ser  sencillo, humilde, pero muy eficiente y preciso a la hora de pescar.

Una vez el afamado cocinero Argentino y amigo personal de Mel Krieger,  Francis Mallmann, escribió: Recuerdo cuando me acompañó en un viaje a mi cabaña patagónica. Ya con la salud frágil, a la mañana me gritaba: “¡Muchachito! ¿Está el desayuno?” Luego le poníamos los waders (traje de pesca) y lo llevábamos a los pozones de los ríos. Allí, mientras él pescaba yo le preparaba un enorme fuego toldado para la lluvia y lo obligaba a salir del agua y sentarse con un tazón de caldo en intervalos de charlas. Sus ojos brillaron de alegría el segundo día, cuando me dijo  “Si la corriente me lleva, no me busques, es un buen lugar para morir”.

Un día 7 de octubre de 2008, Mel Krieger a los 80 años fallece,  aquejado de un tumor cerebral, deja de pescar y se convierte en una de las leyendas más grandes de la pesca con mosca.  Y aunque lamentable su partida, se sabe que con el inicio de temporada o en ese día perfecto de luna nueva, habrá en cualquiera de  nuestros amados ríos,  el recuerdo de su grandeza y de su silueta pescando en una de sus orillas.

Por: rfario (amante de la pesca con mosca)

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