Columna de Myriam Soto : Aula segura v/s Aula democrática

Mucho se ha discutido en estas últimas semanas respecto de legislar principalmente para poder sancionar conductas agresivas, de supuestos alumnos de un colegio de la capital, el gobierno frente al primer rechazo de su propuesta por parte de los legisladores inicia una nueva embestida y le otorgan urgencia y plazos perentorios para la tramitación, proyecto que finalmente fue aprobado.
Llama la atención que la estrategia gubernamental para enfrentar conductas agresivas y o delictivas, de todo orden, no sólo de estudiantes sino también de otros actores, como lo que sucede en La Araucanía, sea la represión, la aplicación de medidas punitivas que no van al fondo de los conflictos, sino que sólo a atacar algunas consecuencias y con esto propiciar una escalada conflictiva aún mayor, hasta convertirse en una crisis social, difícil de controlar y o superar. No se puede olvidar que la violencia genera más violencia, la que se está enraizando en nuestra sociedad como una cultura casi aceptada por el grupo social, traspasa realidades y cada día vemos más y más episodios de agresiones físicas y verbales, a todo nivel.
Volviendo al tema central que nos interesa, nadie puede estar en contra que se entreguen mayores facultades a los profesionales que dirigen los establecimientos educacionales, pero la esencia para superar este tipo de conductas, no va solo por el camino del castigo, sino este debe orientarse al tratamiento de las causas que provocan tales conductas no deseadas, el proyecto educativo debe sustentarse en principios y valores universalmente aceptados, en la igualdad de oportunidades, respeto por los otros miembros de la comunidad educativa, incentivar el diálogo como pilar básico de las interacciones sociales, fomentar el apego a la verdad y a la no violencia en la búsqueda de soluciones a los conflictos. En la gran mayoría de los colegios se ofrece una educación integral, lo que en la práctica a veces no se cumple o no se entiende y queda en el olvido, dando mayor importancia al proceso cognitivo que a la inclusión de otras áreas tan importantes para el desarrollo humano de los educandos.
No se pretende descargar toda la responsabilidad a las instituciones educativas, sino que señalar que la familia debe cumplir un rol fundamental en la formación de los hijos y ser coayudante para que el proceso educativo sea exitoso. Es en este grupo primario donde se adquieren los primeros valores a través de la socialización, es aquí donde se aprende a respetar a las personas, también cómo deben interactuar con los demás miembros de otros grupos sociales, la solidaridad, el valor de la justicia, la democracia como estilo de liderazgo y amor al prójimo, entre otros, todo lo cual requiere un cambio cultural y procesos de toma de conciencia de todos los actores involucrados.
Desde un punto de vista científico especialmente las Teorías del Desarrollo Humano, nos entregan claridad respecto de las etapas de desarrollo de las personas, las crisis que se presentan según la edad y cómo éstas se superan, indicándonos tareas centrales que se deben tener presente, pues dichas crisis no representan un estancamiento en el desarrollo de las personas, sino que como son situacionales entregan oportunidades de crecimiento efectivo. Por otra parte el estado otorga recursos a los colegios para capacitación a través de las denominadas ATE, en escasas ocasiones se ha observado que éstos se destinen al estudio y mejoramiento del clima escolar y o formación personal, hay más bien una tendencia a avanzar en el mayor conocimiento técnico que, en las habilidades humanas.
Finalmente señalar que quedan muchas interrogantes, especialmente relacionadas con el futuro de alumnos expulsados, serán recibidos en otros colegios, tendrán posibilidades de inclusión y tratamiento efectivo de la conducta agresiva o simplemente se convertirán en personas con mayor tendencia a delinquir, pues no queda claro cómo se enfrentará su condición de marginalidad escolar. La sociedad en su conjunto debe participar en crear nuevas oportunidades a los jóvenes de hoy y futuros constructores de la sociedad del mañana.