María Pilar Ferrada Peña: “Estamos a años luz de obtener una oportunidad de igualdad para las personas”

Con 38 años, mamá de Benjamín (19), se define como Trabajadora Social Feminista. Actualmente se desempeña en el Departamento de Igualdad de Género de la Municipalidad de Temuco como encargada de transversalización, además es directora ejecutiva de Corporación Restaura y coordinadora de la Comisión de Género del Colegio de Trabajadores y Trabajadoras Sociales del Provincial Cautín.

Egresada de la Universidad Mayor, máster en Ciencias de la familia, mención Terapia familiar sistémica de la Universidad de Santiago de Compostela.

“Quienes nos hacemos parte de la lucha  feminista, lo hacemos por razones personales”

“Inicié en el feminismo hace unos 15 años. Creo que, quienes nos hacemos parte de la lucha  feminista, lo hacemos por razones personales o basándonos en experiencias personales. Yo comencé en el feminismo luego de haber sobrevivido a la violencia de género durante el pololeo. Cuando estaba en la universidad, me di cuenta de esta situación y empecé a acercarme y a conocer más sobre el feminismo, partí, por ejemplo, haciendo mi tesis de pre grado sobre la violencia e hice mi práctica en el Centro de la Mujer de Villarrica.

Desde ahí me he vinculado con la necesidad de conocer, de aprender sobre feminismo e integrarlo a mi quehacer profesional. Cuando egresé, comencé a trabajar particularmente en intervención familiar, en el Sename, como perito social forense en la Defensoría e integré también la intervención familiar en duplas psicosociales, donde me di cuenta de que el 99,9% de los casos abordados, eran cruzados con el fenómeno de la violencia de género, es decir, en su gran mayoría, las madres tienen hijos e hijas en instituciones como Sename o residencias, que han sufrido violencia intrafamiliar o abuso sexual, entre otros. Ahí me vinculé desde lo técnico con el enfoque de género, la teoría feminista, para poder abordar estos temas e iniciar procesos interventivos con enfoque de género, algo que hace 10 años era bastante poco conocido”.

“Luego de hacer el máster, junto con mi prima, María Ignacia Ferrada, quien es creadora de Defiéndete Mujer, (corporación donde fui perito social forense colaboradora), sentimos la necesidad de brindar ciertos servicios para el abordaje de la violencia, como la representación jurídica, el acceso a una pericia técnica que contribuya a los procesos judiciales y también, la atención psicológica. Ahí creamos una ONG que nos permitiera postular a fondos, donde pudiéramos realizar una gestión que nos dejara brindar servicios gratuitos a las mujeres que son víctimas de violencia de género, ya que la violencia está cruzada también con un tema económico. Luego, nos reunimos con profesionales que comparten una visión feminista, y creamos la corporación ‘Restaura’, donde si bien todos y todas participamos ahí desde hace 8 años y somos una corporación feminista, pretendemos ser un ente técnico de la sociedad civil que brinde intervencion especializada a víctimas y sobrevivientes de la violencia de género. Con eso, desarrollamos un modelo por medio de nuestros conocimientos sobre la política pública, según nuestras experiencias en centros donde llegan las víctimas de violencia, desde ahí nace Restaura. Hoy seguimos siendo una entidad sin fines de lucro, a base de donación y colaboración de servicios profesionales de nuestras socias y socios”.

 “Hoy me declaro como Trabajadora Social Feminista”

“En los últimos 15 años el feminismo ha ido transitando en mi vida donde he pasado por distintas fases deconstructivas. Para ser feminista, para mí, hay que conocerlo, comprenderlo. Hoy tengo una mirada más interseccional, de un feminismo más comunitario, colonial, que me hace sentido en los cruces con la raza, con las disidencias sexogenéricas, el enfoque de género y más. Por eso, creo que es relevante validar el feminismo como una teoría que tiene sustento epistemológico, metodológico, donde yo personalmente, manifiesto mi deseo de poner a disposición del feminismo, mi profesión. Por lo mismo, hoy me declaro como Trabajadora Social Feminista, lo que se ve expresado a través de mi militancia, del gremio y en las otras áreas que me desempeño”.

Antonia y Yini…

“Sin duda, el caso Antonia, ya que su caso removió a nivel nacional la violencia más cruda: el abuso sexual, la violación, que además, se expresó en el ámbito privado y el público. Aquí se evidenció la violencia simbólica ocurrida en el caso de Antonia Barra, donde se pudo reconocer otro tipo de feminicidio, como lo es el suicidio femicida, una expresión cruda que no era conocida a nivel nacional pero que también se da en una región con una mirada extremadamente conservadora, religiosa y capitalista. El caso de Yini Sandoval también. El primero, más que nada por el análisis, por la comunicación masiva de su juicio, que ayuda a entender cómo se puede aplicar la perspectiva de género en un sistema judicial que no la tiene intrínseca, que debe ser incorporada a través de una voluntad de la fiscalía, por medio de abogadas y defensores.

Esto nos mostró la cruda realidad de la contraparte, de cómo se defiende en función de poner en tela de juicio la integridad de la mujer, que en este caso, fue el de Antonia. Este caso fue fundamental para dar visibilidad sobre la violencia de género en Chile”.

“No existe una red articulada y eso queda claro en los casos de alta connotación pública”

“No creo que exista una red de abordaje real en la Región sobre violencia de género, primero porque a nivel país no existe, solo se da desde el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, pero se aborda a grandes rasgos, ya que se habla solo de la violencia de pareja. Si una mujer sufre violencia por parte de sus suegros, no tiene a dónde ir, si una disidencia sufre discriminación tampoco tiene a dónde ir. Entonces, no existe una red articulada y eso queda claro en los casos de alta connotación pública, como lo es el caso de los alcaldes de La Araucanía, de los violadores y depredadores sexuales que son servidores públicos en una Región donde se les ha validado y todavía aparecen en los medios como autoridades.

Esto da cuenta que no existe una red clara, lo que existe son instancias emergentes, donde hay una seremía que da representatividad, un Departamento de Igualdad de Género donde se trabaja con tremendo equipo, pero no existe más que la oferta programática de SernamEG que no cubre toda la necesidad que existe, como la ruralidad, la violencia de las niñas que han sido invisibilizadas, la violencia hacia la mujer Mapuche tampoco, entonces queda mucho por hacer”

“Falta todo”

“Tenemos un puñado de leyes repartidas, una política pública que no da respuesta real al problema de la sociedad patriarcal, que está a la base de la violencia simbólica. Por ejemplo, los alcaldes violadores de la Región de La Araucanía. Ellos siguen apareciendo en los medios, siguen siendo validados. En términos de violencia, aún hay mucho que hacer; debemos tener una Ley de Violencia de Género que aborde todos los tipos de violencia, no solo la de pareja. Tenemos que albergar una Ley de Feminicidio, no de femicidio. Necesitamos una política pública que aborde la violencia de género en contra de las mujeres, de las disidencias sexogenéricas que no están incluidas en ninguna parte, falta un cambio de mirada social respecto a la posición y condición de las mujeres, a la valoración del trabajo de cuidado. No solo es un cambio en las leyes sino que también en la consciencia de las personas.

Hoy existe mucho machismo, mucha cultura patriarcal, especialmente en La Araucanía, es algo que vemos a diario en los medios de comunicación, quienes nos muestran la cara más cruda de la sociedad que estamos viviendo.

Falta cohesión, un cambio social en la cultura de no discriminación, de igualdad, inclusión, que nos permita vivir tranquilos y por sobre todo, tranquilas. Hoy es poco lo que hemos avanzado, solo hace 50 años logramos el derecho a voto, pero la participación de las mujeres en la política aún es poca, lo que nos indica que estamos a años luz de obtener una oportunidad de igualdad para las personas”.

“Este proyecto es financiado a través del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social del Gobierno de Chile y del Consejo Regional de La Araucanía”