Fuad Chahin: “La oposición abusa de la palabra unidad y hace rato no comprendemos lo que significa”

En entrevista con la tercera, el presidente de la Democracia Cristiana aseguro que lo tomo por soepresa la segunda renuncia de un diputado de su partido durante su gestión. Según relata el dirigente, Pablo Lorenzini le comunicó su decisión a través de un mensaje de texto, minutos después de que otros miembros de la bancada le dieran la noticia.

Así, desde su casa -a través de videoconferencia- el timonel democratacristiano aborda ese hecho y, además, la fragmentación que sigue viviendo la centroizquierda. En ese sentido, llama a su sector a respetar las diferencias. “Si fuéramos una sola oposición, homogénea, no tendríamos problemas, pero seríamos minoría permanente”, dice.

Esta semana se hizo pública la renuncia del diputado Lorenzini a la DC. ¿Qué lectura hace?

Me parece súper sorpresivo, porque él estaba buscando ser el jefe de bancada. Todos sabemos que Pablo tiene un temperamento especial o una personalidad un poquito impulsiva, y probablemente alguna cosa que le molestó o que no salió como él esperaba lo llevó a tomar esa decisión. Lo lamento, pero los partidos son así, son organizaciones voluntarias y trascienden a las personas. No le veo mayor gravedad ni impacto político a la decisión de Pablo.

Él es el segundo diputado que renuncia durante su presidencia, después de Raúl Soto. ¿Hace alguna autocrítica sobre su gestión?

Son dos cosas totalmente distintas. El diputado Soto entró a militar para ser candidato y no tenía trayectoria. En todo caso, Pablo no se va criticando a la mesa, simplemente hace un tiempo que ya venía acentuando una actitud que ha tenido siempre, de una votación más bien individual en todo. Es legítimo que alguien que quiere perfilarse solo y votar como quiere tome esta decisión.

Lo que él dijo es que “las órdenes de partido no correspondían”…

Lo dijo básicamente por la votación de la Cámara. Desde que estamos en la mesa nunca hemos dado una orden de partido respecto de una votación, pero sí hemos dicho que cuando se llega a un acuerdo, como el de gobernabilidad de la Cámara, se tiene que cumplir. Es un mínimo de seriedad.

Entonces, ¿no ve un malestar de los parlamentarios con la mesa?

Es indudable que no a todos los parlamentarios les gusta la línea política que tenemos. Eso ha sido tema desde un principio, pero creo sentirme absolutamente respaldado por nuestras bancadas parlamentarias, y eso no lo puede decir cualquier presidente de partido.

¿Y cómo observa el estado actual de la oposición?

La oposición abusa de la palabra unidad y hace rato no comprendemos lo que significa. Eso tiene dos problemas. Uno, es pobre desde el punto de vista de que lo único que le ofrecemos al país parece ser un esfuerzo por estar juntos. Y, segundo, no se entiende bien qué es la unidad, porque hay quienes creen que es la uniformidad y que todos tenemos que actuar de manera idéntica. Si fuéramos una sola oposición, homogénea, muy unida, muy uniforme, no tendríamos problemas, pero seríamos una minoría permanente.

¿Y a quién responsabiliza de eso?

Esto no es responsabilidad de un solo actor. Esto también tiene que ver con madurar los procesos. El Frente Amplio surgió como una fuerza política con una crítica feroz a quienes formamos parte de la Concertación y de la Nueva Mayoría. Y muchos de los que formamos parte de esas coaliciones tuvieron una reacción neurótica, de pánico. Lo que debiéramos buscar es un punto de equilibrio y rescatar las cosas positivas, como era entendernos en nuestra diversidad.

¿El FA ha sido intolerante?

En el FA hay de todo. Hay quienes entienden que para poder lograr los cambios se requiere construir mayorías, y hay quienes tienen una visión más totalitaria, que buscan imponer su punto de vista. Ese es un proceso que tiene que hacer el FA, de qué es lo que quiere. Valoro lo que hicieron para el acuerdo del 15 de noviembre, fue un gesto de madurez política y debieran ser consistentes con esa línea.

Pero ellos han apuntado a la DC como los culpables. ¿Ve responsabilidad en la DC?

El sueño del FA es que la DC haga lo que ellos ordenan, y la verdad es que pueden seguir soñando.

¿Tiene alguna autocrítica?

En absoluto, siempre hemos buscado dialogar y cuando hemos llegado a acuerdos es porque hemos logrado cosas superimportantes. Estoy orgulloso de que gracias a nuestros votos hemos logrado cambiar completamente proyectos del gobierno, y para bien.

Antes del 18 de octubre usted dijo que el sistema los obligaba a ponerse de acuerdo. ¿Mantiene eso?

Queremos competirle al FA y al resto de la oposición en primarias en todos los territorios. Estamos disponibles a arriesgar a quienes ocupan los cargos de alcalde en una primaria. Esa es la esencia de la democracia.

El Presidente de Argentina, Alberto Fernández, dio un mensaje a la oposición para que zanjen sus diferencias para recuperar el poder. ¿Ve intervencionismo?

No lo veo así. El debate de las ideas, con quien sea, siempre es importante, pero me parece que, sin ser una cuestión de intervencionismo directo, es inapropiado que un presidente de un país vecino esté dando consejos de la estrategia que debe seguir un sector para llegar al poder.

¿Se podría considerar como un intento por buscar la unidad a través de un referente político?

Los sectores de la oposición que creen que el kirchnerismo puede ser un factor de unidad en Chile están absolutamente perdidos y desorientados.

El Presidente Piñera abrió una polémica al incluir el factor económico como algo para revaluar la fecha del plebiscito. ¿Es válido?

En absoluto. Aquí hay un sector de la derecha que no quiere el plebiscito, que está arrepentido de lo que se firmó el 15 de noviembre y que, si hoy pudiera dar pie atrás, lo harían, pero para eso necesitan nuestros votos, y no los van a tener. El único factor que se podría evaluar es el sanitario, pero hoy es inoportuno hacerlo.

¿El Presidente forma parte de ese sector de la derecha que usted menciona?

El Presidente, más bien, se da cuenta que mientras más prolongue la situación en la que estamos, va a tener el control absoluto de la agenda, y lo que hace el plebiscito es que se instale una agenda distinta. Por lo mismo, es preocupante que él haya instalado un argumento distinto al sanitario para tratar de poner un signo de interrogación sobre el plebiscito.

¿Por qué lo hace?

Queremos que le vaya bien al Presidente y al gobierno en la pandemia, pero si él sigue en esta tentación de ver esta crisis como un símil al rescate de los mineros o como una forma de catapultarse en la opinión pública, comete un error histórico.